Preparados, listos, ya!
- Marianne Fitzkee
- 7 sept 2023
- 5 Min. de lectura
Ha pasado poco más de una semana desde que llegué a Ecuador y todavía estoy en el proceso de instalarme. ¡He apreciado y sentido sus pensamientos y oraciones!
8/29
Todo salió bien en mis vuelos y Alfredo, presidente de la FBU, y su esposa María Fernanda, amablemente me recogieron en el aeropuerto. Pasé la noche en su casa en Quito. ¡No experimenté el mal de altura para el que me estaba preparando!
8/30
Por la mañana, Alfredo me llevó a FBU, y fue un viaje un poco emocionante en una sección sinuosa de la Carretera Panamericana: con solo dos carriles, la gente se desvía hacia el tráfico contrario para rebasar a los vehículos más lentos. Alfredo me llevó a conocer a los empleados de la finca: Carlos y su hijo que están trabajando en la construcción del techo para un establo, Vinicio y su hijo Andrés que trabajan con las vacas y ovejas entre otras tareas, Patricio que es albañil, Verónica que es una maestra jardinera, Antonio que también vive en la casa de voluntarios, y mi nueva familia venezolana, Gerardo, Gilbert y Susane! También los perros, Kiara y Beto (Beto es mi amigo, aunque todavía me gustaría que hubiera algunos gatos de granja). Este fue el primero de varios días en los que ayudé a enfundar pequeñas bolsas de plástico con tierra para trasplantar plántulas de guarango (más sobre esto más adelante). La repetitividad de la tarea es buena para tener conversaciones y conocer a nuevas personas (puedo entender bastante, aunque todavía estoy aprendiendo mucho vocabulario nuevo). Luego me instalé en mi habitación y Alfredo me llevó a buscar una tarjeta SIM, así tengo un número de teléfono local. El almuerzo fue mi introducción a la increíble cocina de Susane (¡la extrañaré cuando los voluntarios venezolanos se vayan a fines de octubre!) y la cultura de los jugos (siempre hay un delicioso jugo de fruta fresca con el almuerzo, y eso es lo que generalmente ayudo a preparar). Por la noche, participé en una llamada de Zoom con otros miembros de mi unidad BVS y fue bueno ver caras conocidas cuando había tantas cosas desconocidas a mi alrededor.
8/31
Hoy me enteré del viento que hace aquí en verano: sentada junto a un montón de funditas llenas de tierra, tenía la oreja y la nariz llenas de polvo. Esto no habría sido un problema si hubiera podido tomar una buena ducha caliente para limpiarme. Pero hoy comenzó una saga de cuatro días de duchas frías mientras mi familia venezolana seguía diciéndome que el agua se calienta tanto que quema y trataba de explicar cómo hacen para que funcione. Días después, cuando empezaba a pensar que tal vez estaban burlándose de la gringa, finalmente descubrí cómo conseguir agua caliente, lo cual fue una gran victoria porque por la noche llega a los 40 grados y no hay calefacción en la casa. Por la tarde colgué mi hamaca en el patio delantero y luego, a pesar de la brisa, les enseñé a los venezolanos a lanzar frisbee.
9/1
Hoy llevé puesta jeans con roturas para ir a trabajar y los venezolanos y Antonio (que es ecuatoriano y vacilón al que le gusta practicar su inglés diciendo frases como “ohmygod” y “wow” con un acento americano exagerado) se rieron de mí por eso, luego ¡Me di cuenta que el sol intenso me dejó unas líneas de bronceado únicas donde están los desgarros! Les enseñé a los venezolanos cómo jugar Dutch Blitz por la noche (y los vencí cómodamente, pero están decididos a que mi racha ganadora pronto llegue a su fin).

9/2
Por la mañana aprendí a usar la lavadora: la ropa se cuelga para secar. Todavía estoy trabajando en aprender a encender con éxito la estufa de gas con un encendedor para poder hervir agua y la leche que viene directamente de las vacas. Cada día aprendo muchas cosas nuevas, ¡pero nunca siento que sé exactamente lo que está pasando! Estoy aprendiendo a dejarme llevar y a renunciar al control y estoy muy agradecida por todos los que han sido maestros amables y sabios. Por la tarde, María Fernanda, su hija Valentina y Cristián, el compañero de Valentina, me llevaron de regreso a Quito. Nos divertimos discutiendo expresiones ecuatorianas mientras tomamos unos cafecitos por la noche (muy típico aquí).
9/3
María Fernanda amablemente me llevó 20 minutos a Quito para dejarme en una iglesia a la que dos amigos, Michael y Sarah, de Messiah University han asistido desde que llegaron a Quito para estudiar en el extranjero. Después de la iglesia, me mostraron el vecindario y Sarah y yo almorzamos calzones y helado. Luego usé una aplicación llamada DiDi (que es similar a Uber y, al igual que Uber, es técnicamente ilegal en Ecuador pero se usa con frecuencia) para que me llevaran de regreso a la casa de Alfredo y María Fernanda; costaba $4 por un viaje de 20 minutos y de mi conductor obtuve mi primera moneda de un dólar, ¡que es súper común en Ecuador! Se sintió bien entrar a la ciudad y tener un poco más de confianza al navegar por la zona.
9/4
Esta mañana Alfredo y yo regresamos a FBU. ¡Hoy finalmente pudimos comenzar a trasplantar las hermosas plántulas de guarango de uno de los invernaderos de FBU a las 2.000 bolsas que llenamos! El guarango es un árbol nativo cuyas vainas cuentan con una impresionante variedad de beneficios, desde la reforestación hasta la nutrición y la creación de medicinas y productos de belleza. Tengo entendido que el guarango que estamos trasplantando se entregará a los miembros de la comunidad para que puedan desarrollar negocios y generar ingresos extra, además de ser utilizado para la reforestación. Esta noche, los venezolanos y yo tomamos un autobús hasta el cercano pueblo de Tabacundo en busca de un pollo asado para cenar. Me había puesto nerviosa navegar por el sistema de autobuses, ¡así que me alegré por la compañía y la pequeña excursión!
9/5
Un día de trabajo típico para mí: de 8 a 12 trabajando con guarango, descanso para almorzar de 12 a 2 y trabajo nuevamente hasta las 4. He tenido mucho tiempo libre por las tardes, lo que me ha ayudado a adaptarme, pero a veces también me ha dejado buscando cosas que hacer para pasar las horas después de que oscurece a las 6:30 p.m.! Pronto comenzaré a trabajar en algunos proyectos además del trabajo agrícola, que pueden incluir ayudar con las redes sociales, enseñar inglés y trabajar con jóvenes para aprender sobre conciencia del medioambiente.
9/6
Esta noche cometí el error de probar unos sorbitos de una bebida fermentada venezolana llamada guarapo, hecha con cáscara de piña y caña de azúcar. Pensé que estaría bien porque el agua había sido hervida y además las bebidas fermentadas como la kombucha son buenas para el estómago…sin embargo, esta mañana (7/9) me levanté con dolor de estómago… Pero me sentí mejor a tiempo de ayudar a sembrar calabacines, remolachas, lechugas, cebollas, puerros, coliflor y menta. ¡Espero con ilusión la llegada de mi tío Jeff, quien llegará a Quito esta noche y visitará FBU por unos días!
Espero hacer un mejor trabajo tomando fotos en los próximos días y tengo ganas de seguir conociendo mejor la zona y a mis compañeros de trabajo y de casa. ¡Mi año de BVS ha tenido un buen comienzo!
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